Llegó el momento de empezar una carrera y lo tenía clarísimo: Arte Dramático. Hice las pruebas de la que acababa de ser inaugurada como Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León y ahí empezaron cuatro intensos años de formación de la mano de grandes profesionales: David Ojeda y Carlos Marchena fueron mis profesores de interpretación. Como montaje final hicimos El Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, y viajamos por Festivales (Olmedo, Olite), y por teatros de Castilla y León. Empezaba un sueño…
Y llegué a Madrid, otro sueño cumplido, y mientras estudiaba Comunicación Audiovisual, también me formé en Interpretación ante la cámara con Juan Carlos Morales. Hice teatro, cortometrajes, pero al terminar fue cuando entré en contacto con el teatro familiar. En la compañía Teatro del Ferrocarril estuve cinco años, dirigida por Victor Contreras, y tuve la oportunidad de crecer como actriz y amar el teatro.